Y somos hijos, padres, hermanos, amigos, compañeros, amantes , sobrinos, tíos , abuelos, ex –algo (rotulable o no), vendedores de buzones rojos, compradores de gatos por liebre, lectores, pacientes, criticados, críticos, victimas y victimarios, marionetas y domadores, vestidos y desnudos.
Somos cantantes sólo conocidos por duchas. Elvis Presley en medias, sin público y con micrófono de escoba.
Somos queridos, intolerados, intolerantes, tiernos y bestias, dulces y agrios, asesinos, golpeadores de almohadas que no denuncian.
Somos vulnerables, y superhéroes, delincuentes y juzgadores, soberanos y proletarios, puntos insignificantes, números sin nombres para algunos y universos enteros para otros.
Somos un sin fin de posibilidades en un mismo recipiente.
Somos una madeja de desconocidos chocándonos en lugares atestados de más desconocidos.
Somos según el cristal en que nos asomamos a ver que pasa.
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