.
cuando no hay nadie más que vos,
estás mas acompañado que nunca.
y ahí esta en silencio recibiendo tus frustraciones,
tus soledades.
tus risas y sonrisas de costado recordando esa frase que te alegró la tarde.
y aparecen imágenes que creías olvidadas,
imágenes que nunca existieron,
pero inventás.
y a veces te da la espalda,
y a veces en una dulce complicidad te mece hasta que tus párpados no pueden sostenerse en pie.
recipiente privilegiado de lágrimas,
de golpes,
de abrazos encerrados en el pecho.
purgatorio y sala de ensayo de frases,
para discursos que jamás serán desenvueltos.
nadie sabe más de vos.
que vos.
y tu almohada.
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cuando no hay nadie más que vos,
estás mas acompañado que nunca.
y ahí esta en silencio recibiendo tus frustraciones,
tus soledades.
tus risas y sonrisas de costado recordando esa frase que te alegró la tarde.
y aparecen imágenes que creías olvidadas,
imágenes que nunca existieron,
pero inventás.
y a veces te da la espalda,
y a veces en una dulce complicidad te mece hasta que tus párpados no pueden sostenerse en pie.
recipiente privilegiado de lágrimas,
de golpes,
de abrazos encerrados en el pecho.
purgatorio y sala de ensayo de frases,
para discursos que jamás serán desenvueltos.
nadie sabe más de vos.
que vos.
y tu almohada.
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3 comentarios:
oh! hermoso final. yo también me pasaré a menudo por aquí. un saludo!
A lo que me trajo hasta aquí.. agradezco.
Suaves, simples y celestes fotografías impresas sobre las letras...
Ya mismo le voy a contar a mi almohada la de cosas lindas que estuvieron dicendo sobre ella...
Un besote Ceci!
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